domingo, 28 de octubre de 2012

Es otoño

Cuando la luz del sol me calienta más suave..., es otoño
Cuando cada día que llega me va robando unos minutos más de claridad..., es otoño
Cuando las voces y las risas de los niños dejan de ocupar las calles en horario escolar..., es otoño
Cuando huele a pimientos asados y salsa de tomate en casa de la abuela..., es otoño
Cuando saboreo la primera mandarina de la temporada..., es otoño
Cuando salimos al campo a por moras para hacer una tarta..., es otoño
Cuando el tren de las castañas asadas aparca en la esquina de la calle Ancha..., es otoño
 

Entonces miro a los árboles que guardan en la fuerza del color rojo (y amarillo) de sus hojas toda la luz y el calor del sol del verano y mi corazón sonrie

Creo que necesito el otoño para prepararme para el invierno. Pasar de la luz del verano al invierno sin disfrutar de la suavidad del otoño sería demasiado brusco









(hojas de otoño)

miércoles, 17 de octubre de 2012

Cuando llueve no llevo paraguas




Cuando llueve no llevo paraguas porque me gusta que la lluvia me moje la cara y me lave por dentro...

Lo explica mejor Don Leonardo en su cuento ; )...






... entonces Leonardo comenzó a disfrutar escuchando la lluvia. Cada vez que empezaba a llover no habían caído ni dos gotas y Leonardo ya estaba fuera de casa para escucharla. Si se metía debajo de un árbol y cerraba los ojos, podía escuchar como las hojas le daban las gracias al agua que caía sobre ellas en forma de gotitas. Si se acercaba hasta el río o hasta el mar, escuchaba entonces el saludo que el agua dulce o salada le hacía a la lluvia que caía al juntarse con ella. Si se metía debajo de un tejado escuchaba al agua rebotar al chocar con la superficie dura diciendo: "aquí no me dejan pasar".
Pero el sonido que más le gustaba a Leonardo era el que hacía la lluvia al caer sobre su cara, su cabeza y su cuerpo, un sonido que le decía: "hola, estoy fría, vengo para dar vida y tú estás aquí para recibirme"..... (del cuento "un balonazo certero")

lunes, 1 de octubre de 2012

La sonrisa de Berlín (III)

Me encanta vivir en la ciudad, pero necesito el contacto con el verde constantemente para oxigenarme y no "arrugarme", para sentir la naturaleza y recordarme que soy parte de ella, por eso me gusta tanto salir al campo, oler la hierba, tocar los árboles, abrazar a mi gata, mirar las nubes, escuchar las olas...

En nuestro viaje descubrí que Berlín es una gran ciudad llena de amplias zonas verdes. Que allí se puede "salir al campo" sin tener que salir de la ciudad. Esto es una cosa más que me encanta de esta ciudad
Hay dos zonas verdes que me parecieron especialmente sorprendentes y únicas. Por un lado el aeropuerto de Tempelhof, utilizado como puerta de entrada y salida para abastecer Berlín durante el bloqueo después de la II guerra mundial y que, tras clausurarse como tal en 2008, ha sido tomado poco a poco por los berlineses que lo han convertido en un campo-parque al uso totalmente peculiar y único. Maravilloso lugar
La otra zona verde que me enamoró fue el famoso Tiergarten, auntiguamente zona de caza para la aristocracia prusiana y actualmente gran zona verde para uso y disfrute de los berlineses. Paseando por sus praderas impecables (con conejines pastando tranquilamente) y por sus zonas de bosque es facilísimo olvidarse de que está uno en una gran ciudad


Cuando cierro los ojos y dejo que mi corazón "piense" en el verde de Berlín esto es lo que veo y siento : )))









 Atardecer en el aeropuerto de Tempelhof



Paseando por Tiergarten