Cuando viene alguien con todo su entusiasmo porque quiere hacer un regalo especial a un amigo y hablando de él es capaz de transmitirme el cariño que le tiene, entonces el encargo se convierte en una tarea divertidísima y sale algo como esto. Un placer trabajar cuando quien encarga contagia afecto y entusiasmo a raudales
Cada persona a la que quiero ocupa un trocito de mi corazón. Una risa compartida, una excursión, una conversación, un abrazo, una caricia, una lágrima, una bronca, un sueño, una carrera para llegar a tiempo, una gripe, un suspiro, un silencio, una mirada, un correo, un paseo... Cada rato vivido con alguien querido es un trocito de mi corazón. Por eso mi corazón no para de contarme historias y de dibujarme momentos que quiero compartir para que asi puedan formar parte de otros corazones.
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