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Un día su padre le dijo: - Leonardo,
no puedes perder tanto tiempo bajo la lluvia, contemplando el mar, mirando las mariposas, oliendo las flores.... si lo haces nunca llegarás a ser
un hombre de provecho.
Y, claro, Leonardo que quería
convertirse en un hombre de provecho se olvidó de escuchar a la lluvia…..
Así poco a poco,
Leonardo se fue olvidando de todo lo que le gustaba hacer, de todo lo que le
ayudaba a sentir la vida y se fue convirtiendo en un hombre de provecho.
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